
Desde que irrumpió con Zilia Quebrantahuesos (aquí, su reseña), nos fijamos mucho en Laura Rubio porque nos encanta que el talento joven llegue a las cimas que merece y por las que trabaja. Han pasado seis años desde que se publicó ese libro y cuatro desde que Queronea (aquí, su reseña) nos mostró a una autora distinta y versátil, y ahora nos llega la continuación de las aventuras de Zilia, El fin del invierno (aquí, su reseña). Hemos hablado con Laura con cada una de estas obras y, por supuesto, lo hemos hecho con su último trabajo. Y después de hacerlo seguimos atrapados en su obra, en su mundo de artista, en sus ganas de contar historias a través del cómic y en la manera en la que se espera para hablar de su personaje y de sí misma. No, Laura no es Zilia aunque en algún momento pueda parecerlo, pero a su manera es también una heroína con la que da gusto hablar y que seguro que nos seguirá dando motivos para hablar de y con ella.
Dices en los agradecimientos que si no tuvieras tomado esos cinco años para pensar cómo seguir las aventuras de Zilia, no habría funcionado. ¿Por qué? ¿Qué provocaba el atasco creativo, qué es lo que has pulido y evolucionado en esos años en la historia que finalmente hemos visto?
Creo que al principio quería contar demasiadas cosas. Estaba deseosa de expandir el mundo de Zilia y hablar mucho más de los Baterou, la orden de guerreros a la que ella pertenece. Pero al final siempre terminaba con guiones que eran más artefactos que seres vivos. Mis ganas de crear algo grande y admirable, terminaron haciendo que esas historias fueran poco naturales, rígidas, artificiosas… y nunca quise ese espíritu ni para el primer tomo ni para el segundo, porque tampoco es el mío. Necesitaba una visión desde fuera, menos contaminada, y en eso me ayudó muchísimo un amigo mío, Joaquín. Una cosa que Zilia aprende en esta aventura es que no somos nada sin los demás, y eso es algo que he aprendido yo también en estos años entre el primer y el segundo libro. Pedir ayuda está bien. No te hace peor ni más tonto. Aunque al final tu vida es tu vida, también eres parte de algo mucho más grande, y reconocerlo es la única y gran evolución entre un tomo y otro.
Es una historia más ambiciosa en muchos sentidos, y tiene el doble de páginas que la primera entrega. ¿Por qué crees que necesitabas esa extensión en este caso?
Es una historia que necesita un poco más de tiempo para desarrollarse que la anterior. Hay más personajes y el viaje de Zilia es más largo. No quería poner muchos límites a la extensión de la historia, sino contarla en el número de páginas preciso que esta necesitaba. Porque tampoco quería hacer solo un cómic por cumplir. Está hecho con mucho mimo. Precisamente porque se ha hecho esperar, he intentado darlo todo y presentar una obra acorde al tiempo que ha pasado entre tomo y tomo, en todos los aspectos.
Zilia cambia de compañeros de viaje, y en esta ocasión le brindas una especie de mentor, con quien mantiene una relación tirante al principio pero que va evolucionando. ¿Qué buscabas con este personaje de Bosnerau?
Precisamente eso, una relación tirante al principio pero de la que la protagonista pudiera aprender mucho. Siempre me han interesado este tipo de personajes que chocan entre sí, porque creo que precisamente en esos choques es donde el lector puede encontrar facetas de los mismos que no se habrían revelado de otra manera. Como en la vida real, a veces necesitamos de los otros para aprender de nosotros. Y hasta ahora Zilia no se había encontrado a nadie que, siendo un anciano con pocas habilidades para el arco y la lucha, le hiciera darse tanta cuenta de sus flaquezas.
Además del propio Bosnerau, de los dragones pasamos a los gigantes. ¿Por qué los has escogido? ¿Sigue habiendo material en la mitología y en las leyendas locales como para que sigas adelante con las aventuras de Zilia?
Como ser mitológico, los gigantes son muy interesantes porque se encuentran dentro de las leyendas de culturas de todo el mundo. Ese tipo de coincidencias siempre me hacen preguntarme, ¿qué elementos o qué verdades hay ahí para que siempre estén presentes? ¿Qué cuentan estos seres a través de sus historias? ¿Qué representan? En el caso de esta historia, los gigantes representan a las propias cumbres del Pirineo. Lugares inaccesibles y misteriosos, de un gran poder. Vienen a simbolizar el invierno contra el que Zilia se tiene que enfrentar en este libro. Por otra parte, los Pirineos son una fuente inagotable de leyendas y mitología. Nunca es algo que me haya preocupado de cara a plantear nuevas historias.
Cuando te entrevisté por la publicación del primer Zilia Quebrantahuesos, me dijiste que si algo compartías con tu protagonista era la cabezonería. ¿Eso ha cambiado en algo en ese periodo de cinco años o seguís siendo afines en ese sentido? ¿Cómo habéis evolucionado Zilia y tú, como personaje y como autora?
Casi se podría decir que hemos crecido juntas, aunque en el mundo de Zilia solo ha pasado un año y en el nuestro, unos pocos más. Es otro de los motivos por los que creo que las versiones anteriores de esta segunda parte no funcionaban: quería hacer evolucionar a Zilia, que su viaje hacia la madurez continuara; pero ni yo misma me había dado tiempo para seguir creciendo y aprendiendo. Igual por eso, todo se me hacía tan falso. Ahora entiendo mejor ciertas cosas.
¿Sigue necesitando el cómic que se apueste por heroínas, por mujeres dando nombre a historias de fantasía o crees que este es un debate que solo tiene el cine americano?
Para mí es que es algo natural, no un debate. No hice a Zilia mujer con ningún tipo de estrategia o reivindicación en mente, ni al Bosneau un anciano cojo ni a Atland un niño pequeño. Simplemente es lo que me pedían la historia y el corazón. Lo extraño y triste sería que tuviéramos una cultura que solo produjera personajes y héroes cortados por un único patrón de género, raza, edad y orientación sexual, cuando la propia vida real no es así. Al final, lo que yo quiero tanto como lectora como autora es que ese personaje cree algo interesante, para mí o para los demás: puede ser un buen rato, una reflexión, o varias cosas a la vez. Y en ese sentido, una parte importante de Zilia es que es mujer, pero no es todo lo que la convierte en el personaje que es. Igual que pasa conmigo como autora. El hecho de que naciera como mujer influye en mi vida y en quién soy, pero es un aspecto más del poliedro que componemos. Y hay cosas mucho más interesantes que contar que una faceta biológica que no pude elegir y que no deja de ser una moneda al aire.
¿Y el arco se te da tan bien como a Zilia…? Cuéntanos más sobre esta forma de documentarte para la historia…
Ja, ja, la verdad que el tiro al arco es algo que he practicado desde los 20 años. Durante alguna época de mi vida incluso llegué a ir varias veces por semana al club de Teruel. Ahora mismo lo tengo un poco abandonado pero las sensaciones no se pueden olvidar. Además, hace tres años me regalaron un arco parecido al que lleva Zilia en la historia, un arco largo, y el poder y la fuerza que el arco te transmite cuando estás a punto de soltar la flecha es enorme. Pero también a la inversa, porque sin ti el arco no es más que un trozo de madera con una cuerda. Obviamente, esas experiencias vitales han tenido mucho peso a la hora de escribir y dibujar esas partes de la historia. También un libro de Herrigel que me gusta mucho y se llama Zen en el arte del tiro con arco.
Del dibujo de ‘El fin del invierno’ me gustaría preguntarte por tres aspectos. El primero, una valoración general. Uno coge los dos tebeos de Zilia y se ven diferencias, aun siendo el mismo personaje y con las mismas sensaciones de conjunto. ¿En qué crees que has evolucionado y qué has conseguido hacer aquí que hace cinco años no habrías resuelto de la misma manera?
Creo que uno de los cambios del dibujo es que es más fluido, en el sentido de que es más natural. En el primero, hubo mucha más lucha para sacar lo que quería. Eso a la hora de hacerlo. Y visualmente, creo que sí se nota más seguridad. Porque no me importa tanto hacerlo todo “perfecto”, un ideal no solo imposible sino encima subjetivo, como contar la historia. En eso me ayudó mucho la experiencia de Queronea. También pienso que en este libro el estilo es más personal. En el primero simplemente estaba un poco menos evolucionado y era más popurrí de cosas.
El segundo, la nieve. ¿Cómo consigues ese efecto? ¿Y qué me dices de la portada? Me parece preciosa con ese acabado… ¿Es un tema tuyo o tenemos que agradecérselo más a la editorial?
La nieve ha sido muy divertida de hacer. Además tenía muchísimas ganas de dibujarla porque es algo que en el primer tomo no pude hacer y, bueno, Zilia vive en los Pirineos. En algún momento tenía que mostrar nieve. Aunque dibujo al modo tradicional, con papel y tinta, el coloreado sí que es por ordenador y eso me permite usar pinceles digitales que dan un acabado muy interesante, muy rápido y encima me dan la posibilidad de dar marcha atrás si algo no me convence. Así que puedes experimentar tranquilamente sin cargarte el trabajo de dos días. El acabado de la portada es totalmente mérito de la editorial. Estuvimos barajando varias posibilidades, desde introducir solamente tinta plateada en el título y ciertas partes del dibujo hasta lo que se ha hecho finalmente, que ha sido imprimirla sobre cartulina plateada con algunas reservas en blanco. A mí esta segunda opción me daba un poco de miedo, pero ha resultado ser un acierto. Queda muy llamativo pero a la vez es elegante, no abruma.
Y el tercero, el color. Recuerdo que el primero se lo dedicaste a quien te enseñó a colorear, y en este segundo libro si hay algo que me parece fascinante es el color que le das a la naturaleza… No solo a la nieve, sino a los atardeceres, al bosque, a la montaña… Háblame de ese trabajo.
La verdad que el color me ha interesado desde siempre, es algo que he trabajado mucho a lo largo de los años y creo que por eso es lo de lo que más destaca. Algo que quizá haya contribuido a que el color tenga protagonismo es que he aprendido mucho sobre lo que puedes narrar a través de él. Por ejemplo, un bosque con colores verdosos claros, poco saturados y ligeramente azulados nos puede indicar que es por la mañana temprano, que no hace calor precisamente… en un cómic todo es narración. A su vez, quería hacer un pequeño homenaje al arte y la pintura de la época en la que vive Zilia, siglo XI. Creo que eso se nota sobre todo en los rojizos, los azules oscuros, los azules verdosos… Por supuesto no soy una experta en la historia del arte. Pero me parecía interesante no solo mostrar esa época incluyendo elementos tangibles de aquel entonces, el castillo de Loarre, San Juan de la Peña…, sino también a través del propio arte del cómic.
La publicación de esta segunda entrega de las aventuras de Zilia coincide con la tercera edición de la obra original. Sé que tu idea inicial con Zilia no era la publicación, sino que era un tebeo para ti, para mejorar como artista, ¿pero te imaginabas llegar hasta este punto cuando te dijeron por primera vez que se iba a publicar?
¡Ni siquiera me lo planteé! Solo podía pensar en que iba a ser publicado. Las cifras de ventas, de tiradas y demás en ese momento me daban un poco igual. Tenía 18 años y acababa de pegarle una patada a la puerta que creía que jamás se abriría. Le guardo cariño a la Laura de ese momento. Realmente había trabajado mucho y había vivido cosas muy tristes. Como todos, supongo. Creo que estaría orgullosa de ver lo que somos hoy, y eso es lo que más me importa de todo. Más que las ediciones, que también está genial.
Cuando un universo se expande así, es inevitable preguntar por el futuro… Lógicamente, me gustaría saber si tienes más Zilia en la cabeza, pero también si te imaginas un salto a otro medio. En España parece una misión imposible, pero leyendo sus historias no puedo evitar pensar en que Zilia sería la estupenda protagonista de una serie de animación…
Pues parece que me has leído la mente, porque eso sería un sueño hecho realidad. Pero pese a que es algo que me encantaría que pasara, procuro no pensar mucho en ello. Sí que me gustaría seguir contando historias de Zilia, sobre todo a través del cómic. Aunque todavía es pronto. Quiero disfrutar de este nuevo libro y de sus primeros pasos en el mundo. Muchas veces tenemos tantos planes que ni siquiera nos dejan disfrutar del momento. Y nos merecemos disfrutar del momento.
¿Y ahora en qué estás trabajando? ¿Qué planes de futuro tienes? ¿La pandemia y todas sus consecuencias te han afectado de alguna manera en este sentido?
Próximamente comenzaré a trabajar en un cómic sobre el cineasta Segundo de Chomón, con Queco como guionista. Por el momento he tenido mucha suerte con cómo me ha tratado la pandemia en todos los aspectos. Y ojalá que siga así. Muchas gracias por invitarme a esta entrevista y un abrazo muy fuerte para todos aquellos que han pasado un año difícil, por el motivo que sea.
https://comicparatodos.wordpress.com/2021/05/11/entrevista-con-laura-rubio-zilia-aprende-que-no-somos-nada-sin-los-demas-y-eso-es-algo-que-he-aprendido-yo-tambien-en-estos-anos/?fbclid=IwAR0SHAVSSs5phMuFkBe9VhMoqYS9l3F24vh5vfNvxqungBgLdpa-PrTSCnY